Las cosas pasan por algo
El dicho “las cosas pasan por algo” siempre me pareció tan pelotudo…es como esas frases cliché que tenemos en nuestro inconciente colectivo que de repente hacen que se nos escapen sin pensarlas…frases como “ayudándole a sentir”, “los caminos del señor son misteriosos”, o “así es la vida”. Me resuenan esas frases porque al fin y al cabo esta frase “las cosas pasan por algo” siempre le he oído cuando uno no sabe bien porqué ha pasado algo, cuando busca una razón para un hecho del cual no tenemos más que su constatación, y no faltará quien nos diga eso.
Pensando más detenidamente acerca de la pertinencia de esta frase, caigo en cuenta de que por lo general es utilizada como un consuelo ante el pasado, que se padece como culpa (algo ‘pasó’ o hicimos que hizo que ahora pase esto otro), como anestesia frente a lo que nos sucede y nos llega a los oídos como un palmoteo en la espalda. O bien, como la ilusión de que era preciso que algo pasara porque el futuro se nos avenía mejor a partir de eso que pasa y que no entendemos en su momento. Sin duda esa ilusión de que eso que pasó por algo mejor es el mejor uso que se le puede dar a tal dicho.
En cada caso parece conformarse en una suerte de explicación de que eso que nos acontece, aunque sea en su evocación, siempre es el efecto de una causa (buena o mala según sea el caso)…por más que ese dicho no especifique más que ese difuso “algo”.
La verdad es que para quienes ya tienen más de un par de años sobre este mundo, la vida se va conformando en una hoja escrita y doblada en tantas mitades, que resulta complejo tratar de encontrar el doblez preciso que sacó del marco de lo esperable un hecho que hace que escuchemos tal frase…..a veces pareciera que más que una hoja doblada en múltiples mitades, es una servilleta arrugada la que tratamos de alisar para encontrar el pequeño hueso de pollo que dejamos dentro.
En particular tiendo a pensar que cuando estamos frente a una melancólica mirada frente a esto de que las cosas pasan por algo, una buena canción para sumirse es “the final cut” de Pink Loyd. Pero mejores son para cuando uno necesita anestesia rápida, ahí pienso en “llueve sobre mojado” de Sabina-Paez, o bien cuando pienso en ese ánimo optimista de que lo que pasó es para mejor, recuerdo “we can work it out” de los Beatles.
Si pensamos en ese otro dicho “la vida tiene muchas vueltas”, bien cabe pensar que la vida se aparece a veces como oponente; y otras como benefactor….pero hay algo de desenfado en depositar en las circunstancias de la vida esa medida que hace que nos mareemos en pensar en sus vueltas, y confiar en algún designio que hace girar la tómbola…..aunque Dios no juegue a los dados con el mundo.
Más allá de ubicarse en algún lugar respecto de este cliché de que todo pasa por algo, creo que lo más saludable es mantener un justo juego de piernas entre lo más pesimista y sobretodo lo más optimista, y cuando podamos en alguna medida desdoblar la hoja que escribimos, quedan tantos pliegues que fueron puntos de inflexión que no cabe asumirles como doblajes decisivos. No creo que seamos ni víctimas ni artífices, sólo tenemos a mano la oportunidad de no identificarnos a destiempo con lo que pasa, y más aún, con su causa. Mejor será creer que lo que dejó de ser, nunca lo sabremos y si bien, por eso no nos deja, asimismo nos dejó frente a frente a lo que tampoco por ahora sabremos….qué exquisita sensación de estar vivo.
Xebeche
El que habla fuerte y no dice nada
2 Comments:
Wow. Se las mandó gancho !
Y a todo esto... qué es lo que pasó?
Un gustazo verlo de regreso por acá, pese a que su retorno ha sido tremendamente low perfil. Hay un mar de almas esperando su palabra.
Estimadísimo, pensé que su casa estaría llena de visitas, pero veo que sigo siendo el único... bueno "las cosas pasan por algo" cierto?
Entonces debes ir a mi blog y responder a la invitación que allí he tenido el honor de hacerte pasra continuar una cruzada... ya verás !
Un abrazo, Pablo..
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